¡¿La saca del aire?! ¿Cuál es el nuevo horario de Rostro de justicia ? ¿En qué capítulo se quedó la novela en Panamericana TV y cuántos le faltó emitir? Para quienes siguen la novela india Rostro de justicia, desde hoy, lunes, 28 de noviembre, la programación de Panamericana Televisión cambia de horarios. Rostro de justicia que se emitía hasta el viernes 25 de noviembre, ya no aparece dentro de su parrilla en su sitio web y en su lugar la reemplaza con María Magdalena, que baja una hora para dejar paso al (re)estreno de Moisés y los diez mandamientos . Como sabrán los seguidores, Rostro de justicia se transmite o transmitía a partir de las 6:30 PM antes de la novela que la reemplaza y después de la Yo soy Betty, la fea . Ahora, habría preferido mantener la novela colombiana en el horario y levantar de su programación a Rostro de justicia . No será la primera -ni última- vez que un canal peruano saque de manera intempestiva una novela. Ahora la desafortunada fue Rostro de justicia , n...
Cuando las novelas venezolanas empezaron a decaer a finales de los ochenta, quien cogió el testigo fue una nueva ola de producciones hechas en localizaciones de la calurosa Miami. No es extraño que, con el clima tan arraigado y aprovechándolo al máximo (playa = pretexto para mostrar cuerpos sudorosos), las historias (mayormente de origen rosa) estén llenas de una exuberancia tan atractiva como rosando lo ridículo; convirtiéndose casi en parodias de sí mismas. Así que tampoco fue extraño que la máxima casa productora, Televisa, haya metido su cuchara en la última etapa de este subgénero.
De estos últimos años y en coproducción con Fonovideo (empresa de origen venezolano) logran producir un ramillete de exitosas historias de diferentes resultados; aunque, con toda la objetividad posible, hoy en día, estas telenovelas están en un plano de reivindicación. Una de ellas es Las dos caras de Ana. Interesante propuesta, de las pocas originales (y escrita por una pareja de peruanos), que supo compactar muy bien el argumento con el elenco. Los ingredientes están ahí presentes con villanos enajenados pero entretenida de ver.
Otra característica innata de este subgénero es la mezcla de actores y, por lo tanto, de acentos. Lo curioso es que como el empaque es producido por México, la mexicanización de los diálogos o las situaciones es demasiado evidente y, en algunos casos, contraproducente. Pero no se puede evitar que esto le da más salsa al asunto y complemente la caricaturización como pasa en Gata Salvaje que no deja de ser una versión Miami de Rosa Salvaje.
Actualmente se repiten varias novelas del género grabadas en esta ciudad. Prácticamente toda la programación de pantel esta rellena de ellas, y desde el lunes de esta semana, atv "estrenó" El amor no tiene precio antecesora de Las dos caras de Ana, que igual es una co- producción entre Televisa y Fonovideo. En estas novelas, y muy especialmente en la segunda, se siente la novela Miami desde el primer segundo con una vorágine de situaciones risorias y circenses (en el primer capítulo hay un rescate en helicóptero). Además de esa tan particular estructura con la que esta armada de chica de vecindad (¿en Miami?) con gente rica que viaja en yate. Resalta mucho el empeño de las actuaciones como si antes de tomárselo en serio estarían divirtiéndose. Casi la mayoría de situaciones cruza la delgada línea de la parodia y recuerda a las novelas de la India. Aunque aquí hay menos cámara lenta y ropa, por supuesto. Y no habla de otra cosa más que del lado ambicioso por parte de los villanos y el noble por parte de los protagonistas.
El otro lado de la moneda es Pecados Ajenos, de la antigua Telemundo. Con un elenco pasado de años, la pobre Lorena Rojas actúa con un desgano que solo remarca su demacrado estado de salud. Un alma en pena que hace la novela aburrida y tediosa. Ni la cacle cacle de Lupita Ferrer o las exuberancias de Catherin Ciachoque (algunas veces más vulgar de lo necesario) logran levantar los ánimos de esta novela de escenografias acartonadas y que provoca tristeza cada vez que aparece en escena Lorena Rojas. Me quedo con su última buena actuación en El cuerpo del deseo. Mientras que una le saca todo el provecho posible a las localizaciones, esta es completamente gris. Imperdonable para una novela Miami.
p.s. todo un descubriendo ver a una Eugenia Cauduro joven haciendo de villana provocadora. Belleza no le falta.
De estos últimos años y en coproducción con Fonovideo (empresa de origen venezolano) logran producir un ramillete de exitosas historias de diferentes resultados; aunque, con toda la objetividad posible, hoy en día, estas telenovelas están en un plano de reivindicación. Una de ellas es Las dos caras de Ana. Interesante propuesta, de las pocas originales (y escrita por una pareja de peruanos), que supo compactar muy bien el argumento con el elenco. Los ingredientes están ahí presentes con villanos enajenados pero entretenida de ver.
Otra característica innata de este subgénero es la mezcla de actores y, por lo tanto, de acentos. Lo curioso es que como el empaque es producido por México, la mexicanización de los diálogos o las situaciones es demasiado evidente y, en algunos casos, contraproducente. Pero no se puede evitar que esto le da más salsa al asunto y complemente la caricaturización como pasa en Gata Salvaje que no deja de ser una versión Miami de Rosa Salvaje.
Actualmente se repiten varias novelas del género grabadas en esta ciudad. Prácticamente toda la programación de pantel esta rellena de ellas, y desde el lunes de esta semana, atv "estrenó" El amor no tiene precio antecesora de Las dos caras de Ana, que igual es una co- producción entre Televisa y Fonovideo. En estas novelas, y muy especialmente en la segunda, se siente la novela Miami desde el primer segundo con una vorágine de situaciones risorias y circenses (en el primer capítulo hay un rescate en helicóptero). Además de esa tan particular estructura con la que esta armada de chica de vecindad (¿en Miami?) con gente rica que viaja en yate. Resalta mucho el empeño de las actuaciones como si antes de tomárselo en serio estarían divirtiéndose. Casi la mayoría de situaciones cruza la delgada línea de la parodia y recuerda a las novelas de la India. Aunque aquí hay menos cámara lenta y ropa, por supuesto. Y no habla de otra cosa más que del lado ambicioso por parte de los villanos y el noble por parte de los protagonistas.
El otro lado de la moneda es Pecados Ajenos, de la antigua Telemundo. Con un elenco pasado de años, la pobre Lorena Rojas actúa con un desgano que solo remarca su demacrado estado de salud. Un alma en pena que hace la novela aburrida y tediosa. Ni la cacle cacle de Lupita Ferrer o las exuberancias de Catherin Ciachoque (algunas veces más vulgar de lo necesario) logran levantar los ánimos de esta novela de escenografias acartonadas y que provoca tristeza cada vez que aparece en escena Lorena Rojas. Me quedo con su última buena actuación en El cuerpo del deseo. Mientras que una le saca todo el provecho posible a las localizaciones, esta es completamente gris. Imperdonable para una novela Miami.
p.s. todo un descubriendo ver a una Eugenia Cauduro joven haciendo de villana provocadora. Belleza no le falta.
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