[Crítica] La otra orilla: dramatizando la pandemia

¿Era mas difícil continuar con las grabaciones de "Dos hermanas"? A diferencia de las novelas "convencionales" donde el contacto físico es tan necesario, la productora Micheille Alexander decidió presentar una historia que no va acorde a estos tiempos si no mas bien dramatiza lo vivido a causa de la pandemia por el coronavirus.

El guion de La otra orilla parece sacado de los noticieros diarios y de los extensos reportajes que se están haciendo hasta la fecha (lo raro es que dentro de la ficción nadie ve noticias). En ese sentido, la novela es planisima en argumento y personajes (la enfermera, el policía, el maestro, la barrendera etc.).

Pero la novela no solo lidia con la falta de originalidad sino también con el hecho de lo oportuna que sea. Esta bien que a primeras signifique comentarios (en su mayoría negativos) por el tema que toca y sufren muchas personas alrededor del mundo. Lo problemático surge cuando, a falta de una buena realización, la representación de los hechos se ve demasiado forzada en pantalla.

A esto se le suma la manera en como esta grabada. Extrañisimamente, y sin quererlo, la puesta en escena es casi como si viéramos una grabación de una obra teatral. En los dos capítulos no hay mas de dos personajes en escena (y cuando hay solo uno abusan del soliloquio). Los mismos salen y entran de los interiores recurrentemente. Y cuando hay un par de escenas en la las calles no se ve ni un alma. 

La novela es extraña por donde se le mire. Un reto que Micheille Alexander quiso asumir, pero que nadie se lo pidió.