Lo favorable es que en esta ocasión el híbrido entre novela y serie tiene un resultado mucho mas terrenal para verse, y apreciarse, en la pantalla chica.
En buena parte por el perfil de su protagonista que tiene problemas comunes y corrientes de toda protagonista de telenovela. Ni siquiera el hecho de que sea una cenicienta contestona es algo original. Incluso el personaje tiene algo de hosco en su comportamiento. Pero no por eso deja de ser una cenicienta acomodada para esta época.
Si la comparamos con Gonulcelen el resultado es mucho menos agradable. La turca era una beldad idealizada en un mundo de flores. Aquí en cambio vemos un resultado mas parecido a Rosa Salvaje (y todas sus primas hermanas). Claro está en un mundo sofisticado y lleno de superficialidades. La meta no es refinar a la protagonista sino convertirla en una top model. Eso es lo que la diferencia no solo a esta novela sino a los brasileños de los mexicanos.
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