[Crítica] Si nos dejan: el remake de Señora Isabel que no me hizo olvidar a Mirada de mujer

Imagen: Univision

Si nos dejan falla en lo más elemental de todo remake, no hace olvidar a la obra anterior. Y así es muy difícil enganchar. En cada personaje; en cada escena; en cada intento de llevar la historia por otro camino que al final conduce al mismo destino. En todo momento siempre tengo presente a Mirada de mujer. 

Lo curioso es que, al igual que la versión Telemundo (Victoria), los creadores de esta versión nos tratan de engañar diciéndonos que no es una adaptación de Mirada de mujer, la más famosa de todas. Si no se trata de un remake de la versión original colombiana. Por eso siento que todas estas adaptaciones no solo buscan ser un remake sino hacer olvidar a Mirada de mujer.

Esto puedo pasar más como una estrategia de marketing ya que Señora Isabel es una novela que pocos han visto y se encuentra perdida con algunos cachos sueltos en el youtube. Por eso pocos pueden identificar las diferencias entre la original y la adaptación de Tv Azteca. Y la mayoría tomamos a Mirada de mujer como una obra original por si sola que "solo" tomó la idea central de una mujer mayor que se enamora de un hombre menor. 

En cuanto a la propuesta, en Si nos dejan encontramos todos los estereotipos que Mirada de mujer rompió en su momento. Nunca se trató de la esposa tonta y engañada por el marido. Era el matrimonio el que se rompe, el que se enfría por la rutina de los años y por el concepto machista de la sociedad representado en la propia madre de la protagonista. Él puede envejecer pero tiene derecho de engañar o rehacer su vida con alguien menor y la mujer... ¡No!.. Primero esposa y madre. Hasta que llegó Mirada de mujer y la inolvidable introducción con close up a los ojos de Angélica Aragon. Incluso estos conceptos se respetaban en Victoria. Por eso el guion es universal y transversal al tiempo.

Y si soy más espeso con las comparaciones, no solo encuentro defectuosos los roles que interpretan los personajes principales sino su misma personificación. No veo ningún inconveniente en que Alexis Ayala (quien parece rejuvenecido) traicione a Mayrin Villanueva con Scarlet Gruber (que anda maquillada todo el rato). Ni que ella se enamore de alguien como (el guapo) Marcus Ornellas o viceversa. Por Dios!, basta que Mayrin Villanueva se vista como en Vecinos para tener una fila de adolescentes detrás de ella. Atractivo que Angélica Aragon o la llorona de Vicky Ruffo no tenían en esa medida. Por eso la historia de amor proyectaba más en los ojos del espectador que el simple estereotipo físico de telenovela. Ironías de la vida, la incursión de Gaby Spanic me parece perfecta para el personaje y hasta diría que se adelantó en cirugías estéticas para la caracterización.

Regresando a la novela, el ejemplo más perfecto de cuan superficial resulta está versión se encuentra en el final del primer capitulo. Algo tan cliché como el respectivo encuentro en el sacrosanto ascensor. ¿Tramas originales? Si claro, policías y una gamer. ¡Pufff!

Finalmente, remakes hay en todos lados. Hace unos meses se confirmó uno de Los años maravillosos donde el gran cambio es pasar de una familia de blancos a una en donde todos sus integrantes serán negros. Ese es el gran problema con los remakes de telenovelas. Tienen menos licencias para reformular y contar cosas nuevas. Y peor cuando son clásicos de la pantalla chica. Le pasó a Cuna de Lobos. Y ahora mismo lo sufre Café con aroma de mujer. 

Así que, me dejen o no me dejen, tengo que decir que este remake de Señora Isabel no me hizo olvidar a Mirada de mujer.