Conocida en otros países como La hija del embajador, la serie turca se estrenó en el Perú con el título El valor de una madre. Ahora, ¿es gratuito este título?
No se trata de caprichos, sino de la necesidad de vender la telenovela.
Sea turca o no, cuando quieres vender algo tratas de llamar lo máximo la atención. Y lo que me parece rarísimo es que, en ninguna de las promociones de Latina Televisión, hayan tratado de enganchar vendiendo a los protagonistas de esta novela (¿será porque es más fácil para los narradores pronunciar Thalia y Fernando Colunga a Engin Akyürek y Neslihan Atagül?).
Lo entiendo. Para efectos prácticos, es más fácil vender a La hija del embajador -un título que no puede tener mayor relevación si es que no has leído la sinopsis- como El valor de una madre. Apelas a que el televidente se identifique con otra historia de una mujer que es madre y que, además, es valiente. Desde ya encasillamos a la historia como otra Madre o Fuerza de mujer. Al igual que lo quisieron hacer con Melek. No es extraño, si estas dos telenovelas mencionadas han sido, de lejos, sus mayores éxitos desde hace buen tiempo.
Latina Televisión se ha metido en un callejón sin salida en cuanto a sus novelas turcas.
En el caso de El valor de una madre, la promoción guía al televidente a conmoverlo con una historia que arranca como cualquier capítulo de La rosa de Guadalupe y que se complica haciendo lo que no se debe hacer: huir si eres inocente; hay un padre malo como hace cincuenta años nos lo enseñó El derecho de nacer y un loquito como en Esmeralda; otra vez las diferencias sociales; quiere ser otra Hercai (con caballos incluidos) y es demasiado retórica.
Como que se engolosina en su propia leyenda.
No se trata de una serie de contexto social como lo puede ser, dentro de todo el circo que se ve, Esposa Joven. Mientras que Fuerza de mujer tenía personalidad y habla sobre un personaje femenino que sale adelante sola y con sus hijos. Aquí hace todo lo contrario, va en busca del amor del pasado para clavarle a la hija.
Y como es guion de telenovela turca, coincide con la boda.
A pesor de todo esto, retomamos a la Turquía de provincia tan particular a la hora de las bodas que siempre da gusto verla.
Y, por supuesto, está bien hecha. Quizás, por eso se salva.
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